Terrorismo

El terrorismo en el Perú ha sido un capítulo oscuro y muy doloroso de nuestra historia, principalmente durante las décadas de 1980 y 1990. El conflicto armado interno dejó decenas de miles de muertos y desaparecidos, y aún hoy tiene profundas secuelas sociales y políticas.

Entre 1980 y 2000, el Perú vivió un conflicto armado entre el Estado y los grupos subversivos Sendero Luminoso y MRTA. Fue una etapa de gran violencia que, según la CVR, ha sido la más dura en la historia republicana del país y mostró las desigualdades sociales existentes (Jave, 2021).

Sendero Luminoso

Una de las organizaciones terroristas más conocidas fue Sendero Luminoso (SL), un grupo de ideología comunista radical. Fue liderado por Abimael Guzmán, un profesor de filosofía de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho.

Este grupo inició su lucha armada en los años 80 con la quema de ánforas electorales, marcando así el comienzo de su campaña terrorista. Utilizaban tácticas de guerra de guerrillas, asesinatos selectivos, masacres y atentados con coche bomba, especialmente en zonas rurales andinas, donde el Estado tenía poca presencia y control.

La brutalidad de sus acciones buscaba generar terror para desestabilizar el país y promover una revolución comunista. La organización fue debilitada significativamente tras la captura de Abimael Guzmán en los años 90, por parte del GEIN (Grupo Especial de Inteligencia Nacional).

MRTA

Otro grupo armado que actuó durante este período fue el MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), de ideología socialista. Su líder fue Víctor Polay Campos. Aunque también empleó la violencia y atentados, sus acciones no alcanzaron la brutalidad de Sendero Luminoso.

Este grupo también buscaba una transformación radical del sistema político peruano, y aunque su impacto fue menor en comparación con SL, igualmente dejó víctimas y atentados en su historial. El MRTA fue desarticulado tras la Operación Chavín de Huántar en 1997, cuando el Estado rescató con éxito a los rehenes tomados en la residencia del embajador de Japón.